Lanzarote: Paisajes Volcánicos de la Isla Canaria
Descubre Lanzarote, la isla más oriental del archipiélago canario, con paisajes volcánicos únicos que evocan otros mundos. Explora sus impresionantes formaciones y conoce por qué es el destino elegido por la NASA y cineastas para simular misiones espaciales.
ISLAS CANARIASTURISMO FAMILIAR
4/8/20258 min leer


Ruta por los Paisajes Lunares de Lanzarote: Un Viaje Extraterrestre Sin Salir de España
La isla de fuego y sus secretos volcánicos
Lanzarote, la isla más oriental del archipiélago canario, se presenta ante el viajero como un escenario de otro mundo. Sus paisajes, moldeados por erupciones volcánicas que cambiaron para siempre su fisonomía, nos transportan literalmente a la superficie de otro planeta. No es casualidad que científicos de la NASA hayan utilizado sus terrenos para simular misiones espaciales o que cineastas de todo el mundo hayan encontrado aquí el escenario perfecto para recrear territorios extraterrestres.
En este viaje por los paisajes lunares de Lanzarote, descubriremos cómo la fuerza de la naturaleza ha creado un museo al aire libre único en el mundo. El Parque Nacional de Timanfaya será nuestro principal destino, pero también exploraremos otros rincones volcánicos menos conocidos que te dejarán sin palabras.
La isla, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, debe gran parte de su singular belleza a las erupciones que tuvieron lugar entre 1730 y 1736, cuando más de un centenar de volcanes entraron en erupción transformando radicalmente un tercio de la superficie insular. Este fenómeno geológico creó los impresionantes paisajes que hoy podemos admirar y que han convertido a Lanzarote en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza en estado puro.
El Parque Nacional de Timanfaya: El corazón volcánico de Lanzarote
Historia y formación del parque
El Parque Nacional de Timanfaya, conocido popularmente como "Las Montañas del Fuego", constituye el principal exponente del vulcanismo reciente en Lanzarote. Creado en 1974, protege un área de 51 kilómetros cuadrados donde la actividad volcánica ha dejado un paisaje de apariencia lunar que parece congelado en el tiempo.
La historia de Timanfaya está marcada por los episodios eruptivos que comenzaron el 1 de septiembre de 1730 y se prolongaron durante seis años. Durante este periodo, más de 30 volcanes entraron en erupción simultáneamente, expulsando enormes cantidades de lava y ceniza que sepultaron pueblos enteros y algunas de las tierras más fértiles de la isla. Los testimonios de la época describen cómo "la tierra se abría y vomitaba fuego", un espectáculo que aterrorizó a los habitantes pero que dio lugar a una de las maravillas naturales más impresionantes de Europa.
Lo más sorprendente es que la actividad volcánica en Timanfaya no ha cesado por completo. A pocos metros de la superficie, las temperaturas pueden alcanzar los 600°C, un fenómeno que se demuestra a los visitantes mediante varias experiencias como el famoso geiser artificial o la parrilla donde se cocina utilizando únicamente el calor natural del subsuelo.
La Ruta de los Volcanes
La forma más espectacular de conocer Timanfaya es a través de la mítica "Ruta de los Volcanes", un recorrido de unos 14 kilómetros que se realiza en autobús y que permite adentrarse en el corazón del parque nacional. Este paseo guiado de aproximadamente 45 minutos nos lleva por un paisaje de cráteres, mares de lava petrificada y formaciones rocosas de colores que van desde el negro intenso hasta el ocre rojizo, pasando por tonalidades verdosas producidas por la oxidación de los minerales.
Durante el trayecto, un audio nos explica los principales puntos de interés y nos ayuda a comprender mejor la magnitud del fenómeno que dio forma a este territorio. Las paradas fotográficas más impresionantes incluyen la Caldera del Corazoncillo, el Valle de la Tranquilidad y el mirador que ofrece una panorámica completa de la costa oeste de la isla.
El restaurante El Diablo: Gastronomía sobre un volcán
Una visita a Timanfaya no estaría completa sin parar en el Restaurante El Diablo, diseñado por el genial artista lanzaroteño César Manrique. Este establecimiento, situado en lo alto del Islote de Hilario, ofrece una experiencia gastronómica única: degustar platos tradicionales canarios cocinados en una parrilla geotérmica que utiliza el calor natural procedente del subsuelo volcánico.
La terraza panorámica del restaurante brinda además unas vistas de 360° sobre el mar de lava que constituye el parque nacional. Un consejo de experto: si puedes elegir, visita el restaurante durante la hora del almuerzo, cuando la luz del mediodía realza los contrastes y colores del paisaje.
Más allá de Timanfaya: Otros paisajes lunares de Lanzarote
El Golfo y la Laguna Verde
Saliendo del Parque Nacional de Timanfaya hacia el oeste, encontramos El Golfo, un espectacular cráter volcánico semicircular que ha sido parcialmente erosionado por el mar. En su interior se ha formado la Laguna de los Clicos o Charco Verde, una pequeña laguna de un llamativo color verde esmeralda debido a la presencia de organismos fitoplantónicos.
El contraste cromático entre el negro de las rocas volcánicas, el verde intenso de la laguna y el azul del océano Atlántico crea una de las estampas más fotogénicas de toda la isla. Un pequeño sendero permite acceder a un mirador desde donde contemplar esta maravilla natural en todo su esplendor.
La playa de El Golfo, con su arena volcánica negra y las formaciones rocosas esculpidas por el viento y el mar, completa este paisaje de otro mundo. Es recomendable visitarla al atardecer, cuando los rayos del sol tiñen de tonos dorados y rojizos todo el entorno.
Los Hervideros: La furia del mar contra el volcán
Siguiendo la costa hacia el sur, llegamos a Los Hervideros, un tramo de acantilados volcánicos que ha sido modelado por la acción erosiva del mar. Aquí, las olas se introducen con fuerza en las numerosas cavidades y túneles formados en la roca, creando espectaculares explosiones de espuma que dan nombre a este lugar.
Un conjunto de pasarelas y miradores permite observar de cerca este impresionante espectáculo natural, donde el océano parece "hervir" al chocar contra las formaciones rocosas. La sensación es sobrecogedora, especialmente en días de marejada, cuando el rugido del mar retumba en las entrañas de la tierra creando un escenario casi apocalíptico.
Los Hervideros representan perfectamente el eterno combate entre dos fuerzas primordiales de la naturaleza: el fuego (representado por la lava solidificada) y el agua (en forma del potente océano Atlántico). Un duelo que continúa moldeando el paisaje lanzaroteño día tras día.
La Playa de Famara: Donde el desierto se encuentra con el mar
En el noroeste de la isla encontramos la espectacular Playa de Famara, una extensa franja de arena dorada de casi 6 kilómetros flanqueada por el imponente Risco de Famara, un acantilado de origen volcánico que alcanza los 600 metros de altura.
Aunque técnicamente no es un paisaje lunar, Famara merece una visita por el extraordinario contraste paisajístico que ofrece. Ver cómo las dunas de arena se funden con las formaciones volcánicas y contemplar el oceáno desde lo alto del acantilado proporciona una perspectiva diferente sobre la diversidad paisajística de la isla.
Además, el Risco de Famara ofrece algunas de las mejores rutas de senderismo de Lanzarote, permitiéndonos observar desde las alturas buena parte de los paisajes lunares que hemos visitado.
Los Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes: El mundo subterráneo
Un túnel volcánico convertido en obra de arte
Los Jameos del Agua representan un ejemplo perfecto de la simbiosis entre naturaleza volcánica y creatividad humana. Este espacio singular forma parte del túnel volcánico del Volcán de la Corona, uno de los más largos del mundo con casi 7 kilómetros de longitud.
César Manrique, el visionario artista local, transformó este tubo volcánico en un centro cultural y turístico que respeta y realza la belleza original de la formación geológica. Los "jameos" son en realidad segmentos del túnel cuyo techo se ha derrumbado, dejando entrar la luz natural y creando espacios únicos que Manrique supo aprovechar magistralmente.
El recorrido incluye una impresionante piscina de agua cristalina, un auditorio natural con una acústica perfecta, jardines subtropicales y el famoso "Jameo Chico", hogar de los cangrejos albinos ciegos (Munidopsis polymorpha), una especie endémica de Lanzarote considerada un auténtico fósil viviente.
La Cueva de los Verdes: Un laberinto bajo la tierra
Muy cerca de Los Jameos del Agua se encuentra la Cueva de los Verdes, otro tramo del mismo túnel volcánico que ofrece una experiencia completamente diferente. A diferencia de Los Jameos, aquí nos adentramos en las profundidades de la tierra a través de un sistema de galerías que se extiende por más de un kilómetro.
Formada hace aproximadamente 3.000 años durante la erupción del Volcán de la Corona, esta cueva debe su nombre a la familia Verde, propietarios de los terrenos donde se encuentra. Curiosamente, el color verde que podemos observar en algunos tramos no tiene relación con su denominación, sino que se debe a la presencia de determinados minerales en las paredes.
La visita guiada nos lleva por diferentes niveles del túnel, algunos tan amplios que podrían albergar un edificio de varios pisos. Las formaciones de lava solidificada crean figuras caprichosas y el juego de luces instalado estratégicamente realza la belleza natural de este mundo subterráneo, que en el pasado sirvió como refugio para los habitantes de la isla frente a los ataques piratas.
El recorrido culmina con una sorpresa final que no desvelaremos aquí para no arruinar la experiencia, pero que sin duda dejará boquiabiertos a todos los visitantes.
Consejos prácticos para visitar los paisajes lunares de Lanzarote
Mejor época para visitar Lanzarote
Lanzarote goza de un clima privilegiado durante todo el año, con temperaturas suaves que raramente bajan de los 16°C en invierno o superan los 30°C en verano. Sin embargo, para disfrutar plenamente de sus paisajes lunares, recomendamos evitar los meses de julio y agosto, que coinciden con la temporada alta turística y las temperaturas más elevadas.
La primavera (abril-junio) y el otoño (septiembre-noviembre) ofrecen las condiciones ideales: clima agradable, menos afluencia de visitantes y la posibilidad de combinar la visita a los lugares volcánicos con baños en las numerosas playas de la isla. Además, durante estos meses la luz es especialmente fotogénica, realzando los contrastes cromáticos del paisaje volcánico.
Recomendaciones para la visita
Para sacar el máximo partido a tu visita a los paisajes lunares de Lanzarote, ten en cuenta estos consejos:
Alquila un coche: Es la mejor manera de moverte con libertad por la isla y acceder a todos los puntos de interés a tu ritmo. La red de carreteras está en excelente estado y las distancias son cortas.
Protección solar: No subestimes la intensidad del sol canario, incluso en días nublados. Lleva siempre protector solar de factor alto, gafas de sol y sombrero, especialmente en Timanfaya donde hay muy poca sombra.
Calzado adecuado: Aunque muchas zonas están adaptadas para el turismo, un buen calzado hará más cómoda tu visita, especialmente si planeas hacer alguna ruta de senderismo por los terrenos volcánicos.
Reserva con antelación: Durante la temporada alta es recomendable reservar con antelación la visita a Timanfaya, ya que el acceso está regulado para preservar este espacio natural.
Lleva agua: El clima seco y la naturaleza volcánica del terreno pueden provocar una deshidratación más rápida de lo habitual. Mantente bien hidratado durante tus excursiones.
Rutas recomendadas
Para optimizar tu tiempo y disfrutar al máximo de los paisajes lunares, te proponemos estas rutas de un día:
Ruta 1: Timanfaya y la costa oeste
Mañana: Parque Nacional de Timanfaya (incluye la Ruta de los Volcanes y almuerzo en El Diablo)
Tarde: El Golfo, Laguna Verde y Los Hervideros
Atardecer: Salinas de Janubio
Ruta 2: Norte volcánico
Mañana: Jameos del Agua y Cueva de los Verdes
Mediodía: Mirador del Río (vistas al archipiélago Chinijo)
Tarde: Volcán y Malpaís de la Corona
Atardecer: Playa de Famara
Un destino incomparable en Europa
Los paisajes lunares de Lanzarote constituyen una experiencia única que difícilmente encontraremos en otro lugar de Europa. La combinación de formaciones volcánicas tan bien conservadas, la intervención respetuosa del ser humano (especialmente a través de la visión de César Manrique) y el contraste con el azul del océano Atlántico crean un destino que permanecerá en nuestra memoria mucho tiempo después de haberlo visitado.
Recorrer estos escenarios es acercarse a los orígenes de nuestro planeta, comprender la fuerza creadora y destructora de la naturaleza y maravillarse ante la capacidad del ser humano para adaptarse y convivir con un entorno aparentemente hostil. Un viaje a Lanzarote es, en definitiva, una lección de geología, historia y arte a cielo abierto que ningún amante de los paisajes extraordinarios debería perderse.
Ahora que conoces todos los secretos de los paisajes lunares de Lanzarote, solo queda hacer las maletas y prepararte para vivir una aventura extraterrestre... ¡sin salir de España!