Parque Natural Fragas do Eume: Un Tesoro en Galicia
Descubre el Parque Natural Fragas do Eume, el bosque atlántico caducifolio mejor conservado de Europa, un tesoro natural de España donde la naturaleza reina y los senderos cubiertos de musgo te invitan a explorar.
GALICIATURISMO RURAL
3/13/20258 min leer


El Parque Natural Fragas do Eume: el bosque atlántico olvidado
En el corazón de Galicia, donde el tiempo parece haberse detenido hace milenios, se esconde uno de los tesoros naturales más impresionantes y menos conocidos de España: el Parque Natural Fragas do Eume. Este fascinante ecosistema, considerado el bosque atlántico caducifolio mejor conservado de Europa, nos transporta a un mundo primigenio donde la naturaleza reina en toda su magnificencia, invitándonos a perdernos entre sus senderos cubiertos de musgo y sus riachuelos cristalinos.
¿Qué son las Fragas do Eume?
El término "fraga" en gallego hace referencia a un bosque denso y frondoso, y sin duda, este nombre no podría ser más acertado para describir este espacio natural protegido. Situado en la provincia de A Coruña, el Parque Natural Fragas do Eume se extiende a lo largo de 9.125 hectáreas que abarcan los municipios de Cabanas, Capela, Monfero, Pontedeume y As Pontes de García Rodríguez.
Lo que hace verdaderamente especial a este parque es que alberga uno de los últimos bosques atlánticos de ribera que se mantienen prácticamente intactos desde la última glaciación. Es un auténtico superviviente del tiempo, un testigo silencioso de épocas remotas que nos permite imaginar cómo serían los bosques europeos hace miles de años, antes de la intervención humana.
Características geográficas
El parque se articula en torno al río Eume, que lo atraviesa formando un impresionante cañón de paredes verticales en algunos tramos. Este río, que desemboca en la ría de Ares, ha modelado el paisaje durante milenios, creando microclimas y hábitats diversos que favorecen la extraordinaria biodiversidad de la zona.
La orografía del parque es compleja, con:
Profundos valles y barrancos
Laderas de fuerte pendiente
Altitudes que oscilan entre los 0 metros al nivel del mar y los 700 metros
Numerosos arroyos y cascadas que alimentan el cauce principal del Eume
Esta variedad de relieves, junto con la alta humedad ambiental constante y las temperaturas suaves propias del clima atlántico, crea el ambiente perfecto para que prospere un bosque de características únicas.
Un ecosistema de valor incalculable
Flora excepcional
Lo que convierte a las Fragas do Eume en un espacio singular es su riqueza botánica, con más de 20 especies de árboles diferentes y más de 30 tipos de helechos. Entre las especies arbóreas más representativas encontramos:
Robles (Quercus robur), los grandes dominadores del bosque
Castaños (Castanea sativa), algunos centenarios
Abedules (Betula alba)
Alisos (Alnus glutinosa) en las zonas más cercanas al río
Avellanos (Corylus avellana)
Fresnos (Fraxinus excelsior)
Arces (Acer pseudoplatanus)
El sotobosque es igualmente impresionante, con un manto continuo de helechos que crean una atmósfera casi mágica. Algunas de estas especies de helechos son auténticas reliquias botánicas, vestigios de épocas prehistóricas que han encontrado en este húmedo rincón gallego su último refugio.
Particularmente destacable es la presencia de más de 200 especies de líquenes y musgos, muchas de ellas en peligro de extinción, que tapizan rocas y troncos creando ese ambiente envuelto en verde tan característico de las fragas.
Fauna diversa y esquiva
El bosque sirve de hábitat a una fauna rica y variada, aunque no siempre fácil de observar debido a la densidad de la vegetación:
Mamíferos: jabalíes, corzos, zorros, nutrias, tejones y la escurridiza gineta
Aves: más de 100 especies, incluyendo el gavilán, el azor, el búho real y el mirlo acuático
Anfibios: salamandras, tritones y la rana bermeja, favorecidos por la humedad constante
Reptiles: lagartos verdinegros y culebras de collar, entre otros
Peces: truchas y anguilas pueblan las cristalinas aguas del río Eume
Especialmente importante es la diversidad de invertebrados, con numerosas especies endémicas de insectos, arácnidos y moluscos que encuentran en este bosque primigenio su único hogar.
Historia y cultura entre la frondosidad
Las Fragas do Eume no solo albergan un patrimonio natural excepcional, sino que también guardan en su interior importantes vestigios históricos y culturales que atestiguan la presencia humana en la zona desde tiempos remotos.
El Monasterio de Caaveiro
Uno de los mayores atractivos del parque es el Monasterio de San Juan de Caaveiro, fundado en el siglo X y ubicado en un emplazamiento espectacular, sobre un promontorio rodeado por el río Eume. Este antiguo cenobio, que mezcla estilos románico y gótico, fue declarado Monumento Histórico-Artístico y ofrece unas vistas panorámicas del cañón que corta el aliento.
La historia del monasterio está llena de luces y sombras, con periodos de esplendor y otros de decadencia, hasta su abandono tras la desamortización en el siglo XIX. Afortunadamente, ha sido restaurado en las últimas décadas y hoy es posible visitarlo y dejarse envolver por su mística atmósfera entre bosques.
El Monasterio de Monfero
En el límite del parque se encuentra otro importante conjunto monástico: el Monasterio de Santa María de Monfero. Su impresionante fachada barroca de piedra, con su característico diseño en damero bicolor, contrasta con la sobriedad de su iglesia románica. Fundado en el siglo XII, este cenobio cisterciense dominó durante siglos grandes extensiones de terreno en la zona.
Puentes medievales y molinos
A lo largo del río Eume y sus afluentes encontramos diversos puentes de origen medieval que facilitaban el tránsito por estos bosques en épocas pasadas. Igualmente significativos son los antiguos molinos hidráulicos que aprovechaban la fuerza del agua para moler el grano, testigos silenciosos de las actividades tradicionales en la zona.
Actividades para disfrutar del parque
Las Fragas do Eume ofrecen múltiples posibilidades para los amantes de la naturaleza y el turismo activo:
Senderismo entre bosques encantados
El parque cuenta con varias rutas señalizadas que permiten adentrarse en diferentes zonas del bosque, cada una con sus propias peculiaridades:
Ruta del Monasterio de Caaveiro: Un recorrido de dificultad media que lleva hasta este emblemático monumento a través de senderos forestales.
Ruta Cal Grande – A Ventureira: Perfecta para observar la vegetación de ribera y los bosques de galería.
Ruta de los Molinos: Un itinerario que permite descubrir antiguos molinos hidráulicos a orillas del río.
Ruta Perimetral: Para los más aventureros, esta larga travesía recorre buena parte del perímetro del parque.
Observación de flora y fauna
La extraordinaria biodiversidad del parque lo convierte en un paraíso para botánicos aficionados y observadores de aves. Primavera y otoño son especialmente recomendables: la primera por la explosión de vida y floración, y el segundo por los espectaculares colores que adquiere el bosque caducifolio.
Actividades acuáticas
El embalse del Eume, ubicado en el corazón del parque, permite la práctica de deportes náuticos como el piragüismo, ofreciendo una perspectiva diferente del bosque desde las tranquilas aguas embalsadas.
Fotografía de naturaleza
Los juegos de luz entre el denso follaje, la abundancia de musgos y líquenes, y los efectos de la niebla tan frecuente en la zona crean escenarios de ensueño para los amantes de la fotografía paisajística y macrofotografía.
Consejos prácticos para visitar las Fragas do Eume
Para aprovechar al máximo la visita a este espacio natural único, conviene tener en cuenta algunas recomendaciones:
Mejor época para visitar
Aunque el parque es visitable durante todo el año, cada estación ofrece atractivos diferentes:
Primavera: La explosión de vida vegetal es espectacular, con el verdor en su máximo esplendor.
Verano: Las temperaturas son agradables bajo el dosel arbóreo, pero es la época de mayor afluencia.
Otoño: Los colores ocres y rojizos de las hojas caducas crean un paisaje mágico.
Invierno: Época de menos visitantes, ideal para disfrutar de la tranquilidad, aunque con mayor probabilidad de lluvia.
Equipamiento recomendado
Calzado impermeable y con buena sujección: Los senderos pueden estar resbaladizos debido a la humedad constante.
Ropa de abrigo e impermeable: El clima gallego es impredecible y en el interior del bosque siempre hace más fresco.
Repelente de insectos: Especialmente en primavera y verano.
Cámara fotográfica: Las oportunidades para capturar imágenes únicas son constantes.
Prismáticos: Útiles para la observación de aves y otros animales esquivos.
Accesos y servicios
El principal punto de entrada al parque es el Centro de Interpretación de Ombre, donde se puede obtener información detallada, mapas y recomendaciones. Desde aquí parte un servicio de transporte público que recorre el parque durante la temporada alta, ya que el acceso en vehículo particular está restringido en algunas zonas para preservar el entorno.
Las poblaciones cercanas como Pontedeume o As Pontes ofrecen servicios de alojamiento y restauración para los visitantes que deseen pasar varios días explorando la zona.
El embalse del Eume: agua y bosque en armonía
Un elemento que condiciona significativamente el paisaje del parque es el embalse del Eume, construido en los años 50 para el aprovechamiento hidroeléctrico. Aunque su construcción supuso la inundación de parte del valle, paradójicamente ha contribuido a proteger el bosque circundante al dificultar el acceso y la explotación de algunas zonas.
Hoy, el embalse se ha integrado perfectamente en el ecosistema, creando un paisaje de gran belleza donde el agua y el bosque se funden. Sus orillas escarpadas, cubiertas de vegetación que se refleja en las aguas tranquilas, ofrecen algunas de las estampas más fotogénicas del parque.
Amenazas y conservación
A pesar de su estatus de espacio protegido, las Fragas do Eume enfrentan diversos desafíos para su conservación:
La presión turística creciente en determinadas zonas
Los incendios forestales, que periódicamente afectan a la región gallega
La introducción de especies invasoras que compiten con la flora autóctona
El cambio climático, que podría alterar las condiciones de humedad que requiere este ecosistema
Para hacer frente a estas amenazas, se han puesto en marcha diversos programas de conservación centrados en la investigación, la educación ambiental y la gestión sostenible de las visitas. Es fundamental que quienes se acerquen a conocer este frágil tesoro natural lo hagan con respeto y conciencia de su valor incalculable.
Las Fragas do Eume como escenario de leyendas
Como buen bosque gallego, las Fragas do Eume están impregnadas de misterio y leyendas. Sus rincones más sombríos y recónditos han sido tradicionalmente asociados con seres mitológicos del rico folclore gallego:
Las mouras, misteriosas mujeres que guardaban tesoros ocultos
Los trasnos, pequeños duendes traviesos que desorientaban a los caminantes
El Urco, perro fantasmal que presagiaba desgracias
Las lavandeiras, espectros de mujeres que lavaban ropa en los ríos durante la noche
Estas leyendas, transmitidas oralmente de generación en generación, añaden un atractivo adicional a la visita, especialmente cuando la niebla, tan frecuente en estas latitudes, envuelve el bosque creando atmósferas casi sobrenaturales.
Gastronomía en los alrededores del parque
Después de una jornada explorando las Fragas do Eume, nada mejor que reponer fuerzas con la excelente gastronomía local, que aprovecha los productos de la tierra y el mar cercano:
Empanada gallega con diferentes rellenos tradicionales
Caldo gallego, reconfortante especialmente en los días más frescos
Lacón con grelos, plato típico de la cocina gallega
Mariscos frescos de las rías cercanas
Quesos artesanales producidos en las granjas de la zona
Filloas y otras delicias dulces para completar la experiencia culinaria
Los pequeños restaurantes familiares de poblaciones como Pontedeume, A Capela o Monfero ofrecen estos manjares elaborados con recetas tradicionales, permitiendo al visitante complementar la experiencia natural con la rica cultura gastronómica gallega.
Un destino para el turismo sostenible
En un mundo cada vez más urbanizado y artificial, espacios naturales como las Fragas do Eume cobran un valor incalculable. Su visita constituye una oportunidad para:
Conectar con la naturaleza en uno de sus estados más puros
Comprender la importancia de la conservación de los bosques originarios
Descubrir la histórica relación entre los seres humanos y el entorno natural
Experimentar el poder regenerador del contacto con espacios naturales bien preservados
Sin embargo, es esencial que esta visitación se realice desde los principios del turismo sostenible y responsable, minimizando el impacto y contribuyendo a la preservación de este ecosistema único para las generaciones futuras.
Conclusión: Un tesoro verde por descubrir
Las Fragas do Eume representan uno de esos lugares especiales donde la naturaleza nos muestra su faceta más auténtica y primigenia. Su exploración nos transporta a un tiempo remoto en que los bosques dominaban el paisaje. Desábrelo sin miedo porque no te arrepentirás.