Descubre el Valle de Ricote en Murcia
Escondido entre montañas, el Valle de Ricote en Murcia, conocido como la 'Andalucía murciana', es un oasis de belleza. Explora los encantadores pueblos de Abarán, Blanca y Ojós, donde la historia morisca y los paisajes verdes te esperan.
MURCIATURISMO RURAL
4/3/202510 min leer


Ruta por los pueblos con encanto del Valle de Ricote: Un oasis en el corazón de Murcia
Escondido entre montañas y abrazado por las curvas del río Segura, el Valle de Ricote constituye uno de los secretos mejor guardados de la Región de Murcia. Este fértil valle, conocido como la "Andalucía murciana" o el "Valle Morisco", ofrece al viajero un paisaje sorprendente donde contrastan los áridos montes con el verde intenso de los huertos ribereños, creando un auténtico oasis en medio del sureste peninsular.
En este recorrido por el tiempo y la historia, te proponemos descubrir tres de las localidades más encantadoras del valle: Abarán, Blanca y Ojós. Tres pueblos que conservan la esencia morisca en sus calles estrechas y sus tradicionales sistemas de regadío, y que han sabido mantener vivas sus tradiciones mientras miran al futuro.
Te invitamos a acompañarnos en este viaje por la huerta murciana, donde cada rincón cuenta una historia de convivencia entre culturas, cada paisaje refleja el esfuerzo de generaciones por domar un entorno árido, y cada bocado sabe a tradición y autenticidad. ¿Estás listo para descubrir el Valle de Ricote?
El Valle de Ricote: Historia y patrimonio cultural
Antes de adentrarnos en cada uno de los pueblos, es fundamental entender qué hace tan especial a este rincón de Murcia y por qué merece ser recorrido con calma, saboreando cada detalle de su rico patrimonio.
Un enclave histórico único
El Valle de Ricote debe gran parte de su personalidad a su pasado morisco. Tras la Reconquista cristiana, esta zona se convirtió en uno de los últimos refugios de los musulmanes en la Península Ibérica. Mientras en otros territorios fueron expulsados rápidamente, aquí se les permitió quedarse, convertidos al cristianismo como mudéjares primero y moriscos después.
Esta población conservó durante siglos sus costumbres, técnicas agrícolas y sistemas de regadío, creando el singular paisaje de huerta que hoy podemos admirar. Finalmente, tras el decreto de expulsión de 1609, los moriscos del Valle de Ricote fueron los últimos en abandonar España en 1613, poniendo fin a ocho siglos de presencia musulmana en la península.
Un paisaje moldeado por el agua
El río Segura es el gran protagonista del valle, el elemento que ha dado vida y personalidad a este territorio. A lo largo de los siglos, sus habitantes desarrollaron ingeniosos sistemas para aprovechar cada gota de agua: norias, acequias, azudes y azarbes conforman un complejo entramado hidráulico que ha transformado tierras áridas en fértiles huertas.
Este paisaje cultural, donde el ingenio humano y la naturaleza conviven en perfecta armonía, ha sido propuesto como candidato a Patrimonio Mundial de la UNESCO, un reconocimiento a su valor excepcional y a la necesidad de preservarlo para las generaciones futuras.
Abarán: La ciudad de las norias
Nuestra ruta comienza en Abarán, la puerta norte del Valle de Ricote y un pueblo que ha sabido mantener vivo un extraordinario patrimonio hidráulico: sus famosas norias.
Las norias: Ingenio centenario
La seña de identidad de Abarán son sus norias, grandes ruedas de madera que, impulsadas por la fuerza del agua, elevan el preciado líquido desde el río hasta los campos de cultivo. De las cinco que se conservan en la localidad, destaca la Noria Grande, construida en 1805 y con sus 11 metros de diámetro, es la más grande de Europa en funcionamiento.
Una pasarela permite acercarse a esta impresionante estructura y observar de cerca su mecanismo, que sigue funcionando igual que hace dos siglos. El sonido del agua cayendo de los cangilones y el chirrido de la madera crean una atmósfera casi hipnótica que transporta al visitante a tiempos pasados.
No te pierdas el Museo de las Norias, ubicado en una antigua central hidroeléctrica junto al río, donde podrás conocer a fondo la historia y funcionamiento de estos ingenios hidráulicos y su importancia en la economía local.
El casco histórico y sus tesoros
Tras visitar las norias, te recomendamos perderte por las calles del casco antiguo de Abarán, que ascienden desde el río hacia la colina en un trazado típicamente morisco. En tu paseo encontrarás:
La Iglesia de San Pablo, del siglo XVIII, con su característica torre que domina el perfil urbano.
El Teatro Cervantes, un encantador teatro de principios del siglo XX recientemente restaurado.
El Mirador del Castillo, desde donde se obtienen magníficas vistas del valle y el río Segura.
Gastronomía y tradiciones
Abarán es famoso por sus melocotones y otras frutas de huerta, base de su economía tradicional. No dejes de probar:
Los paparajotes, un dulce típico elaborado con hojas de limonero rebozadas.
El arroz y habichuelas, plato contundente ideal para reponer fuerzas.
Las tortillas de habas, especialidad local durante la temporada primaveral.
Si tienes la suerte de visitar Abarán durante la Semana Santa, podrás presenciar una de las tradiciones más curiosas de la región: "los Penitentes", en la que los nazarenos portan pesadas cruces de madera como penitencia.
Blanca: Artes y naturaleza
A pocos kilómetros de Abarán encontramos Blanca, una localidad que ha sabido combinar la preservación de sus tradiciones con una interesante apuesta por el arte contemporáneo.
Un pueblo entre arte y tradición
El casco urbano de Blanca se extiende a los pies del monte donde se alzaba su antiguo castillo, del que hoy quedan algunos restos. Sus calles estrechas y empinadas, adaptadas a la topografía del terreno, son un claro ejemplo del urbanismo de origen morisco.
Entre los lugares de interés destaca:
La Iglesia de San Juan Evangelista, con su impresionante fachada barroca.
El Museo Pedro Cano, dedicado a este reconocido pintor murciano y que cuenta con una interesante colección de acuarelas inspiradas en sus viajes por el Mediterráneo.
El Espacio de Arte Contemporáneo MUCBE, ubicado en una antigua harinera rehabilitada, que acoge exposiciones temporales de artistas nacionales e internacionales.
La huerta y el río: Paisajes para disfrutar
Blanca ofrece algunas de las estampas más bellas del Valle de Ricote. Te recomendamos estos miradores naturales:
El Alto del Palomo, desde donde se contempla una vista panorámica del pueblo y el valle.
La Sierra del Solán, con senderos señalizados que permiten recorrer este espacio natural protegido.
El Puente de Hierro, construcción de principios del siglo XX que cruza el río Segura y ofrece unas vistas inolvidables al atardecer.
Actividades acuáticas y de aventura
El tramo del río Segura a su paso por Blanca es ideal para la práctica de actividades acuáticas. Empresas locales ofrecen:
Descensos en canoa o rafting por aguas tranquilas, aptos para todos los públicos.
Rutas en kayak que permiten descubrir el valle desde una perspectiva diferente.
Paddlesurf en algunas zonas más amplias del río.
Estas actividades son perfectas para los meses de verano, cuando el calor invita a refrescarse en las aguas del Segura.
Ojós: La esencia morisca
El tercero de nuestros destinos es también el más pequeño y quizás el más auténtico. Ojós, con apenas 500 habitantes, conserva intacta la esencia del Valle de Ricote y constituye un testimonio vivo de su pasado morisco.
Un laberinto de callejuelas
El principal atractivo de Ojós es su propio trazado urbano: un laberinto de callejuelas estrechas y empinadas, algunas de ellas cubiertas, que se adaptan a la abrupta orografía y recuerdan su origen árabe. Perderse por estas calles es como realizar un viaje en el tiempo.
En tu recorrido por el pueblo no dejes de visitar:
La Iglesia de San Agustín, del siglo XVI, que alberga una interesante imagen de la Virgen de la Cabeza.
El Mirador de la Cuesta, desde donde se obtiene una de las mejores panorámicas del Valle.
Los restos del sistema hidráulico tradicional: acequias, azudes y pequeñas norias que todavía hoy riegan los huertos cercanos.
El Salto de la Novia
A pocos kilómetros de Ojós se encuentra uno de los rincones más bellos y legendarios del Valle de Ricote: el Salto de la Novia. Se trata de una pequeña cascada sobre el río Segura con una curiosa leyenda.
Según la tradición, una joven novia esperaba a su prometido para casarse, pero al enterarse de que había muerto en la guerra, se arrojó desde este salto de agua. Desde entonces, se dice que las novias que visitan el lugar y piden un deseo relacionado con su futuro matrimonio, verán cumplido su deseo.
La gastronomía más auténtica
En Ojós encontrarás algunos de los platos más representativos de la gastronomía tradicional del Valle de Ricote:
Los gachasmigas, un plato de origen pastor elaborado con harina, aceite y ajos.
El arroz con conejo y caracoles, ideal para los días más fríos.
Los dulces moriscos como las almojábanas y los alfajores, que evidencian la influencia árabe en la gastronomía local.
En los pequeños bares y restaurantes del pueblo podrás degustar estas especialidades elaboradas con productos de la huerta local.
Más allá de los tres pueblos: Completando la ruta
Si dispones de más tiempo, te recomendamos extender tu recorrido por el Valle de Ricote para incluir otras localidades igualmente interesantes:
Ricote
El pueblo que da nombre al valle merece una visita para conocer:
La Plaza de España, con su peculiar trazado triangular.
El Palacio de Llamas, antigua residencia señorial.
La Iglesia de San Sebastián, con su esbelta torre.
Ulea
Este pequeño pueblo ofrece:
Un centro histórico muy bien conservado.
La Iglesia de San Bartolomé, del siglo XVIII.
El Mirador del Azud de Ojós, con vistas espectaculares del embalse.
Villanueva del Río Segura
En esta localidad podrás visitar:
El Santuario de Nuestra Señora de la Asunción, importante centro de peregrinación.
Los restos del antiguo balneario que aprovechaba las aguas termales de la zona.
El Paseo Fluvial, un agradable recorrido junto al río.
Archena
Aunque técnicamente no forma parte del Valle de Ricote histórico, Archena suele incluirse en las rutas turísticas por la zona. Su principal atractivo es el Balneario de Archena, uno de los más importantes de España, con aguas termales conocidas desde época romana por sus propiedades terapéuticas.
Consejos prácticos para tu ruta por el Valle de Ricote
Para que puedas disfrutar al máximo de tu visita al Valle de Ricote, te ofrecemos algunos consejos prácticos:
¿Cuándo visitar el Valle de Ricote?
El clima mediterráneo de la zona hace que sea un destino visitable durante todo el año, aunque cada estación ofrece experiencias diferentes:
Primavera: Es posiblemente la mejor época, con temperaturas suaves y los campos de frutales en flor, creando un espectáculo visual de gran belleza.
Verano: Las temperaturas pueden ser muy elevadas, pero es el momento ideal para disfrutar de actividades acuáticas en el río.
Otoño: Los tonos ocres y dorados de las huertas crean paisajes de gran fotogenia, y el clima es muy agradable.
Invierno: Los días suelen ser soleados aunque frescos, perfectos para el senderismo y para disfrutar de la gastronomía más contundente.
Cómo moverte por el valle
La mejor forma de recorrer el Valle de Ricote es en coche, ya que te dará mayor flexibilidad para moverte entre los diferentes pueblos. Las distancias son cortas (apenas 5-10 kilómetros entre localidades vecinas) y las carreteras están en buen estado, aunque en ocasiones son estrechas y con curvas.
Si prefieres el transporte público, existe un servicio regular de autobuses que conecta Murcia capital con los pueblos del valle, aunque la frecuencia es limitada, especialmente los fines de semana.
Para los amantes del ciclismo, existe una vía verde que recorre parte del valle siguiendo el antiguo trazado del ferrocarril, ofreciendo una forma alternativa y sostenible de disfrutar del paisaje.
Dónde alojarse
El Valle de Ricote ofrece diferentes opciones de alojamiento:
Casas rurales: Son la opción más abundante y permiten una inmersión total en el ambiente local. Muchas de ellas son antiguas viviendas tradicionales rehabilitadas.
Apartamentos turísticos: Ideales para familias o grupos que buscan mayor independencia.
Hoteles: La oferta es limitada, pero en Archena encontrarás el complejo hotelero del Balneario, con diferentes categorías.
Camping: En Blanca existe un camping junto al río, perfecto para los amantes de la naturaleza.
Gastronomía: Sabores del valle
Además de los platos ya mencionados específicamente en cada pueblo, el Valle de Ricote comparte una rica tradición culinaria basada en los productos de su huerta:
Frutas de huerta: Melocotones, albaricoques, ciruelas y cítricos de extraordinaria calidad.
Arroces: En todas sus variedades, desde el arroz con conejo hasta el arroz con verduras de la huerta.
Embutidos artesanales: Morcillas, longanizas y chorizos elaborados según recetas tradicionales.
Dulces moriscos: Con clara influencia árabe, como los alfajores o las almojábanas.
En cada pueblo encontrarás pequeños restaurantes familiares donde degustar estos platos a precios muy razonables. Te recomendamos dejarte aconsejar por los locales para descubrir los mejores establecimientos.
Rutas complementarias
Para enriquecer tu visita al Valle de Ricote, puedes combinarla con otras rutas cercanas:
Ruta del vino de Jumilla: A menos de una hora en coche, para los amantes del enoturismo.
Cieza y la Floración: Si visitas la zona a finales de febrero o marzo, no te pierdas el espectáculo de los campos de frutales en flor en la vecina Cieza.
Sierra de la Pila: Para los amantes del senderismo y la naturaleza, este espacio natural protegido ofrece rutas de gran belleza paisajística.
Un viaje por el tiempo en el Valle de Ricote
Recorrer los pueblos del Valle de Ricote es mucho más que un simple viaje turístico: es una inmersión en la historia de España, un recorrido por la convivencia de culturas que forjó la identidad de estas tierras, y un descubrimiento de un modo de vida que ha sabido adaptarse al paso de los siglos sin perder su esencia.
Desde las imponentes norias de Abarán hasta las callejuelas moriscas de Ojós, pasando por los espacios artísticos de Blanca, cada rincón del valle cuenta una historia, cada paisaje habla de la relación entre el ser humano y la naturaleza, y cada encuentro con sus habitantes revela la hospitalidad de un pueblo orgulloso de sus raíces.
El Valle de Ricote te espera para mostrarte sus tesoros, para compartir contigo su rico patrimonio y para ofrecerte experiencias auténticas que permanecerán en tu memoria mucho tiempo después de tu visita. Un destino que demuestra que, a veces, los lugares más especiales no son los más conocidos o los más accesibles, sino aquellos que han sabido preservar su autenticidad a lo largo del tiempo.
¿Te animas a descubrir este rincón mágico de la Región de Murcia? El Valle de Ricote, con sus pueblos llenos de encanto, será sin duda una de tus experiencias viajeras más enriquecedoras.